¿En qué consiste la gestión de patrimonios familiares?
El papel de las asesorías independientes en la conservación del patrimonio familiar
Cuando hablamos de la gestión de patrimonios familiares nos solemos encontrar ante el escenario de una familia con un alto patrimonio pero con relativa falta de liquidez. En estas situaciones, con frecuencia el encargado de su gestión es uno de los miembros. Este método cuenta con las ventajas de que este gestor buscará el consenso interno con sus familiares y escogerá la opción que a sus ojos parezca la más beneficiosa para el objetivo común.
Cuando hablamos de la gestión de patrimonios familiares nos solemos encontrar ante el escenario de una familia con un alto patrimonio pero con relativa falta de liquidez. En estas situaciones, con frecuencia el encargado de su gestión es uno de los miembros. Este método cuenta con las ventajas de que este gestor buscará el consenso interno con sus familiares y escogerá la opción que a sus ojos parezca la más beneficiosa para el objetivo común.
¿Qué constituye el patrimonio familiar?
Como ya hemos indicado, un patrimonio familiar es más complejo que una simple cuenta bancaria a nombre de varios titulares. Para ayudar a entender su profundidad, podemos simplificarlo en 3 áreas principales:
- Patrimonio material: Engloba los activos de valor y disfrute personal, así como las propiedades inmobiliarias, coches, barcos, obras de arte, joyas, etc.
- Patrimonio financiero: Aquí incluiríamos los activos que generan rentas o plusvalías, como inmuebles, participaciones en empresas o activos financieros, entre otros.
- Patrimonio intangible: Esta categoría recoge los activos humanos e intelectuales de la familia. Es la parte más subjetiva, pero podríamos hablar de la posesión de contactos personales y profesionales, formación académica o reputación.
Una familia que cuente con un patrimonio heterogéneo no necesariamente tiene la suerte de contar entre sus miembros alguien con la capacidad financiera, de gestión y de control óptimas para este trabajo. Y si lo tiene, puede que no requiera del tiempo necesario para dedicarse a estas tareas y prefiera delegarlo en alguien de confianza. Para dar respuesta a ambas situaciones, podemos confiar la gestión del patrimonio en manos de asesorías financieras independientes.
¿Por qué externalizar la gestión patrimonial familiar?
Todo patrimonio se enfrenta a la amenaza de la inflación, de la volatilidad de los mercados y de los gastos de mantenimiento e impuestos; a lo que hay que sumar el esfuerzo y la inversión que se requiere para conservar y aumentar el patrimonio con el paso de los años y a través de las generaciones. Y es que por poner un ejemplo, un patrimonio en buen estado de salud, a causa de la inflación, puede llegar a perder un buen porcentaje de su poder adquisitivo en solo unos años.
Para controlar estas situaciones, las asesorías independientes pueden tomar las riendas de la gestión de los activos familiares y encontrar el mejor camino no solamente para aumentar el patrimonio, sino también para cumplir posibles objetivos filantrópicos o de traspaso generacional sin romper la cohesión familiar.
No hace falta hablar de grandes y viejas fortunas; cualquier familia que cuente con una segunda vivienda o una participación significativa en una empresa ya sabe que una gestión correcta requiere tiempo, conocimiento, meditación y paciencia; pero si no se cuenta con estas habilidades, el patrimonio que se ha conseguido acumular con tanto esfuerzo puede perder valor de forma repentina. Para evitar esta situación, los asesores financieros independientes buscan, de forma objetiva e imparcial, coherencia entre los objetivos, los recursos y las inversiones de la familia para proteger su patrimonio en todo momento.
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